El título del presente artículo pertenece al libro del Dr. Miguel A. Scenna (1967). La pintura es del artista plástico uruguayo Juan Manuel Blanes y se titula: “Un episodio de fiebre amarilla en Buenos Aires” (Museo de Bellas Artes Montevideo, Uruguay).
La escena describe una noticia publicada en los diarios de la época en una vivienda de la Calle Balcarce en el barrio de San Telmo. Al pie del cuadro una mujer yace a causa de la “fiebre amarilla”. Su hijo intenta alimentarse. En la cama oscura agoniza el esposo. Los personajes centrales: a la izquierda el Dr. Roque Pérez (abogado, presidente de la Junta Comunal) quita su galera en señal de respeto, a la derecha el Dr. Manuel G. Argerich, observa consternado la escena. Así, inmortalizó Blanes la figura de dos de los médicos que fallecieron durante la epidemia.
Domingo F. Sarmiento era el Presidente de la Nación en ejercicio, Adolfo Alsina el Vice-presidente. Según datos de la época Buenos Aires contaba con 187.000 habitantes y la “fiebre amarilla” o “vómito prieto” (como se la conocía en aquel entonces) diezmo al 8% de la población en 3 meses (14.614 muertes [datos de la revista médico-quirúrgica de Bs As]). Más de 500 muertes en un día. “Buenos Aires había muerto. Escuelas, teatros, confiterías, comercios, iglesias, bancos, oficinas, casas particulares, eran un exponente de desolación, silenciosas y con las puertas cerradas. Muchos comerciantes hasta ayer prósperos se vieron de cara a la insolvencia: las ventas bajaron a cero, nadie cumplía sus obligaciones de pago .…desatando una avalancha de quiebras que amenazaba el andamiaje financiero de la ciudad” [1].
La epidemia parece haber llegado del Paraguay y afecto a los más humildes residentes en los conventillos de San Telmo y Monserrat. Con la epidemia y la acumulación de cadáveres (“Porque la entraña del Cementerio del Sur, fue saciada por la fiebre amarilla hasta decir basta…”), nació el cementerio del Oeste en la “Chacarita de los Colegiales” (“…a paladas te abrieron en la punta perdida del oeste”)[2]. Y con el abandono de la zona sur de las familias pudientes nació el Barrio Norte y Recoleta.
Buenos Aires no sabía de virus (arbovirus causante de la fiebre amarilla), menos aún que un mosquito que transportaba la muerte. Pasarían 10 años para que, el médico cubano Carlos Finlay le pusiera nombre y apellido al agresorque trasnportaba el virus: “Aedes aegypti”.
Fue la epidemia más devastadora en la historia de Buenos Aires. Las historias se repiten en el tiempo. Personajes y contextos distintos. Siempre habrá otra epidemia, otra pandemis ¿Cuándo? No sé sabe.
[1]. Cuando Buenos Aires Murió 1871. M.A. Scenna. (1967) [2]. Muertes de Buenos Aires. Cuaderno San Martín. J. L. Borges. (1929)
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