Día Mundial del Accidente Cerebro Vascular (ACV)

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bac8f19a-d017-490a-9214-c049bbf3632bEl ACV es la segunda causa de muerte en el mundo después de las enfermedades cardiovasculares, siendo sus consecuencias más frecuentes la discapacidad motora (15-30%), el deterioro cognitivo (30-50%), la demencia (10-30%) y las alteraciones del ánimo (depresión 30%). En Argentina, la hipertensión arterial es responsable de más del 60% de los ACV. Es por esta realidad que, el 29 de octubre se celebra en todo el mundo el día Mundial del Ataque Cerebro Vascular cuya misión es concienzar a la población acerca de esta enfermedad que puede ser prevenible.

Por definición, un “accidente” es: “…un suceso eventual que resulta en daño involuntario para las personas”, es decir: un accidente no puede prevenirse. De manera que debemos reemplazar el término habitualmente utilizado de accidente por el de “ataque vascular del cerebro”.

Además de la hipertensión arterial, otros factores de riesgo conocidos tales como el colesterol elevado, la diabetes, el tabaquismo, el sedentarismo o la obesidad, enferman tanto las arterias del corazón como las arterias del cerebro. Así es que, si controlamos los factores de riesgo y preservamos la salud vascular estamos previniendo tanto el infarto de miocardio, como el ACV. Una vez más lo que hace bien al corazón hace bien al cerebro.

El ACV puede ser isquémico o hemorrágico. En el primer caso, se trata de un coágulo que obstruye una arteria y detiene el flujo sanguíneo. Entonces, el tejido falto de irrigación muere y se produce un infarto. La forma hemorrágica es debido a la ruptura de una arteria y el sangrado dentro del cerebro.

Dependiendo de la rapidez con que actuemos, el ACV puede no dejar secuelas o causar discapacidad motora parcial (hemiparesia) o total (hemiplejía) o dificultad para expresa o comprender el lenguaje (afasia). Además, con posterioridad al ACV, un elevado porcentaje de personas puede sufrir “depresión”, “deterioro cognitivo” o aumentar el riesgo futuro de demencia.

Motivo por el cual, saber identificar los síntomas o signos que preceden o anuncian un ACV, es de capital importancia para poder actuar en consecuencia. La pérdida de fuerza en un brazo o en una pierna, la falta de visión en un ojo, la dificultad para hablar o comprender, la confusión o desorientación o la presencia de un intenso dolor de cabeza, son todos síntomas que pueden anunciar un “ataque cerebral”

Ahora, tenemos una razón más para cuidar nuestras arterias: preservar la integridad de nuestro cerebro que, en definitiva es preservar nuestro identidad, es nuestro yo.

 

Dr. Augusto Vicario
Cardiólogo
Unidad Corazón-Cerebro.
Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA)

 

Para más información visitar la página http://www.ataquecerebral.org.ar/

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