Desde 1994 la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el apoyo de la Federación Internacional de Alzheimer se proclamó al 21 de septiembre el Día Mundial del Alzheimer.
Hace algo más de 100 años, un neurólogo alemán de apellido Alzheimer escribía: “La enfermedad comienza insidiosa,… Irritabilidad y pérdida severa de memoria. Los pacientes se quejan amargamente de sus síntomas… se asocia ocasionalmente a un ataque apopléjico [1]…La pérdida progresiva de memoria y de la mente aparece más adelante,…la enfermedad conduce al estupor y al comportamiento infantil”. Esta era la sintomatología de “Auguste”, reconocida como la primera paciente que padeció la que hoy conocemos como enfermedad de Alzheimer.
La principal causa por la cual la demencia de Alzheimer es más frecuente se debe a una mayor expectativa de vida alcanzada en la segunda mitad del siglo 20 y lo que va de este. Dentro de 30 años, la Argentina tendrá entre sus habitantes mayores de 60 años 2 millones de personas con demencia sino no frenamos de alguna manera esta epidemia. La demencia es una enfermedad devastadora, con alto costo económico, social, familiar y personal. Es más frecuente en las mujeres y en los individuos con menos años de escolaridad. Sin embargo, el avance del conocimiento científico está dando posible solución al problema. Algunas intervenciones aplicadas en forma oportuna pueden prevenir o al menos retrasar el comienzo de la enfermedad de Alzheimer y preservar y mantener la “salud vascular” parece ser la más importante. Controlar la presión arterial, mantener los valores normales de colesterol y azúcar en sangre, realizar actividad física regular e implementar hábitos de vida saludables son los pilares de la prevención. Un grupo de investigadores dinamarqueses han demostrado que estas simples intervenciones previenen la aparición de la demencia o retrasan su evolución.
Los problemas vasculares deterioran todas las arterias del cuerpo incluyendo las arterias cerebrales, motivo por el cual la promoción de la salud vascular (educación) tanto como la prevención primaria (evitar la aparición de enfermedad) como la secundaria (evitar la recurrencia de enfermedad) a partir de la edad media de la vida, podría cambiar los pronósticos negativos de esta epidemia en el futuro.
No podemos modificar la carga genética de cada individuo o su edad, pero tampoco podemos restringir nuestro esfuerzo a la simple espera de una droga que cure la enfermedad de Alzheimer (que por cierto es necesaria), sino que nuestra razón de fin debe enfatizar el diseño de políticas sanitarias con sustento así como promocionar y preservar la salud vascular.
Dr. Augusto Vicario
Unidad Corazón-Cerebro (ICBA)
Se recomienda los documentales:
El misterio del Alzheirmer https://www.youtube.com/watch?v=Qn6pMPnM8CU
El Azote del Alzheimer https://www.youtube.com/watch?v=DvE8bsP9Gno
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