La depresión es el más prevalente, dis-capacitante y sub-diagnósticado entre los trastornos anímicos/conductuales. Es así, que la Organización Mundial de la Salud ha dedicado el año 2017 a la depresión como un problema prioritario en la salud pública.
A través de numerosas interacciones fisiopatológicas, la depresión y algunos cuadros de ansiedad pueden ser causa, consecuencia o co-morbilidad tanto de la enfermedad cardiovascular como cerebrovascular. El desconocimiento de las herramientas diagnósticas y como resultado la falta de tratamiento, condiciona, de alguna manera, la evolución y pronóstico de la enfermedad vascular. De esta manera, el estudio de las relaciones entre el corazón y el cerebro permite actualizar el conocimiento científico y su impacto en la práctica clínica, mejorando así la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos del ánimo.
El resultado de esta breve encuesta, dirigida a médicos con especialidades clínicas permitirá evaluar el conocimiento sobre los trastornos depresivos en la práctica asistencial y generar intervenciones educativas que mejoren el abordaje de la patología.
La encuesta es anónima y consta de tan solo de 7 preguntas con respuestas multiple-choice.
Su participación es valiosa.
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