El cuerpo humano ha sido objeto de la curiosidad infinita del hombre. Desde las trepanaciones craneanas hasta el estudio de la disección de cadáveres el hombre ha querido conocer las profundidades de la esencia humana y plasmar la realidad observada. La invasión renacentista de la anatomía en las escuelas de arte nos regaló los dibujos “áureos”, detallados y precisos del cuerpo humano. En el siglo XIX, cuando la exploración del cuerpo se alejó de los anfiteatros anatómicos, fueron los laboratorios de investigación los encargados de generar la imagen. En todas las etapas el hombre ha querido y querrá conocer “¿cómo son y funcionan los órganos de nuestro cuerpo?”.
¿Cuál es el vínculo entre la ciencia y el arte, entre la imagen médica y la estética? Leonardo da Vinci observó y disecó cadáveres plasmando en papel dibujos anatómicos de una belleza inusitada. Los rayos de Rӧntgen atravesaron el cuerpo y permitieron contemplar la estructura ósea. Las interpretaciones de Edward Purcell sobre la interacción del cuerpo humano con los campos magnéticos se vieron reflejadas en increíbles imágenes de resonancia magnética. Todo fue el resultado de la actividad e imaginación humana reflejada en imágenes, es decir: arte.
En los meses de mayo y junio, el museo Triennale Milano, en Italia presentó la muestra “The Beauty of Imaging” (La belleza de la imagen). Un viaje a través del tiempo para conocer mediante paneles interactivos, fotografías, esculturas e instalaciones audiovisuales la historia del diagnóstico por imágenes. Así, uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la Medicina se conjuga con la belleza de las imágenes que reflejan la perfección y complejidad de las estructuras corporales; en definitiva verdaderas obras de arte.
Conocemos gran parte de la historia de la medicina gracias a la observación, análisis y contemplación estética de innumerables obras pictóricas. El arte recorrió la evolución del conocimiento médico. El desarrollo de las técnicas para el diagnóstico médico por imágenes refleja en cierto modo la estética de la perfección humana. Mientras el hombre interprete las cosas que lo rodean o proyecte su imaginación en hechos reales, todo podrá convertirse en manifestaciones artísticas.
Dr. Augusto Vicario
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