La Microbiota y la Conexión Intestino-Cerebro ¿Cómo Funciona?

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La microbiota es el conjunto de millones de microorganismos que habitan, principalmente, el tracto digestivo y desempeñan funciones claves en la conexión intestino-cerebro. El número de microorganismos es 10 veces mayor que el número de células que forman el cuerpo humano y su composición varía a lo largo de la vida, en respuesta a determinados factores (dieta, hábitos o estilos de vida) y de una persona a otra, siendo casi única de cada persona.

Al igual que el cerebro, el intestino posee una red de neuronas que conforman un sistema nervioso intestinal encargado del funcionamiento intestinal. Así, el cerebro y el intestino se comunican en forma bidireccional a través de nervios y neurohormonas (serotonina, dopamina…). De manera que, así como los trastornos cerebrales (ansiedad, depresión) pueden modificar la microbiota y producir trastornos intestinales (colon irritable), las alteraciones de la microbiota pueden generar manifestaciones psiquiátricas. 

A modo de ejemplo, la síntesis de serotonina, de Ácido Gamma Amino Butírico (GABA) y de cortisol, todas neurohormonas implicadas en trastornos mentales tales como la depresión, la ansiedad o el estrés son reguladas por la microbiota intestinal. El estreñimiento o la diarrea, son trastornos funcionales del intestino que acompañan en forma habitual a las personas que padecen depresión o ansiedad.

La microbiota podría estar relacionada también con las enfermedades neurodegenerativas como la Enfermedad de Parkinson o de Alzheimer. Estudios en ratones de laboratorio han demostrado que la ausencia de microbiota impide el desarrollo cognitivo normal, haciendo que los probióticos (microorganismos que consumidos aportan beneficios a la salud), se conviertan en una herramienta terapéutica. En tal sentido, algunos estudios han demostrado que los probióticos administrados a pacientes con Alzheimer mejora la cognición.

Si bien es prematuro afirmar el papel de la microbiota sobre las enfermedades mentales (ansiedad, depresión o demencia), su estudio deja abierto un futuro en la investigación sobre la relación entre la microbiota, el intestino y el cerebro on la posibilidad de nuevos recursos terapéuticos.

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