La mutación del autorretrato. El yo del autor.

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A lo largo de la historia, los artistas han practicado el arte del “autorretrato”. La pintura, la literatura o la fotografía han mostrado, según la propia visión del autor, una imagen de sí mismos, una forma de inmortalizar distintos momentos de su vida. Se conocen más de noventa autorretratos de Rembrandt, más de treinta de Van Gogh, veintinueve de Picasso y la lista continúa. En pintura, el autorretrato no solo representa la imagen sino aquello que trasciende a la misma; los rasgos, la mirada, la pose, la vestimenta, el color, su entorno traducen el mundo interior del artista, aspectos de su personalidad, estados anímicos y emociones, carácter, su ser psicológico, es decir en definitiva su “yo”.

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Rembrant. Autorretraro (1661). Oleo 91 x 77 cm. Rijksmuseum Amsterdam
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Vincent Van Gogh. Autorretraro (1889). Oleo 60 x 49 cm. Tate Gallery. Londres
Pablo Picasso. Autorretraro (1907). Oleo 50 x 46 cm. Narodni Gallery. Praga
Pablo Picasso. Autorretraro
(1907). Oleo 50 x 46 cm.
Narodni Gallery. Praga

Francis Crick, premio Nobel de medicina por haber descubierto el ADN, escribió: “tú, tus alegrías y tristezas, tus recuerdos y tus ambiciones, tu sentido de identidad personal y tu libre albedrío son, de hecho, nada más que el comportamiento de un vasto conjunto de células nerviosas [neuronas] y sus moléculas asociadas”. Para Crick, la vida misma, nuestro “yo” se reduce a la actividad de millones de neuronas que pueblan la totalidad de la corteza cerebral. Como resultado de la interacción de diferentes grupos de neuronas, reflexionamos, sentimos, aprendemos, creamos, memorizamos y tomamos decisiones. Esta interacción neuronal es producto de la conexión entre ellas mediante un cableado de fibras [axones] que transmiten información. En tal sentido es interesante que, desde el año 2010, los U.S.A. lideran el proyecto “Conectoma Humano”, el cual intenta descifrar el cableado o tractos cerebrales que subyacen debajo de la corteza cerebral, en definitiva la esencia de lo que somos. En la actualidad con modernas técnicas de resonancia magnética cerebral, se obtienen imágenes llamadas “tractografías” que nos muestran el mapa de nuestro “cableado” cerebral.

 

Desde 2011, durante el congreso anual de la Organización para la Cartografía del Cerebro, se realiza el Brain Art [Arte del Cerebro] que intenta plasmar en obras la creatividad de los neurocientíficos. Un evento que reúne la ciencia con el arte. En 2013 el título del Brain Art Competition fue “Resonancia magnética subjetiva” y el premio a la mejor representación del Conectoma Humano fue otorgado a Ethienne Saint-Amant. Este artista neurocientífico o neurocientífico artista, cuenta con una maestría en neurociencias y su rama de investigación es

Ethienne Saint-Amant. Autorretrato I. Caoscopia. Brain Art Competition 2013
Ethienne Saint-Amant. Autorretrato I. Caoscopia.
Brain Art Competition 2013
Ethienne Saint-Amant. Autorretrato II. Caoscopia. Brain Art Competition 2013
Ethienne Saint-Amant. Autorretrato II.
Caoscopia. Brain Art Competition 2013

la conectividad cerebral; conocer el cableado cerebral a través de diferentes técnicas de resonancia magnética. En esta oportunidad expuso dos imágenes tituladas, Autorretrato I y Autorretrato II, que son el resultado de sus propias redes o conexiones cerebrales. La mente es materia y Saint-Amant quiso alcanzar la esencia y reflejar su propio yo. A través de todas las épocas, con los materiales disponibles, los artistas han intentado mostrar de la forma más objetiva las cualidades físicas y psicológicas de sí mismos. Ethiene Saint-Amant no ha sido la excepción.

 

 

Dr. Augusto Vicario

Médico Cardiólogo

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