La viruela, fue una enfermedad altamente contagiosa y mortal. Causada por el virus variola, ha matado millones de personas en reiteradas epidemias, desde el siglo III a.C. hasta 1980, año en que la Organización Mundial de la Salud certificó la erradicación de la enfermedad en todo el planeta. La viruela importada de Europa diezmo a las poblaciones nativas durante la conquista de América. Se estima a lo largo de la historia que la viruela a matado a más de mil millones de personas. Si el sistema inmunológico de las personas no puede combatir la enfermedad vírica solo resta combatirla mediante una vacuna. En los inicios de esta forma de inmunización, La “variolización” (del latín variola = viruela), proveniente de China e India durante el siglo XVI, fueron los primeros intentos de inmunización. Aplicada a los niños para evitar su contagio, esta técnica producía una forma leve de la enfermedad. El procedimiento consistía en inocular a través de una herida de la piel o soplar en las fosas nasales material purulento proveniente de las lesiones dérmicas o un pulverizado de costras de pacientes infectados. Lady Montagu, esposa del embajador británico en Turquía, introdujo la variolización por lesión dérmica en Inglaterra en 1717.
El 14 de mayo de 1796, James Phipps de 8 años de edad fue variolizado por Edward Jenner (1749-1823), un médico rural de la localidad de Gloucestershire, con el pus extraído de las lesiones en la mano de Sarah Nelmes (una empleada que había contraído la viruela de la vaca (viruela vacuna) al ordeñar una vaca infectada). Dos meses después, James fue variolizado nuevamente con material infectado de un humano y James no desarrollo viruela. El doctor Jenner había demostrado la inmunización contra la viruela. Presentó los primeros 23 casos, con resultados similares en la Royal Society y en 1840 Gran Bretaña proporcionaba la vacunación antivariólica gratuita. Nacía la vacuna (nombre que deriva de la vaca, por provenir de este animal el material inoculado infectado con el virus (virus de la viruela vacuna [cowpox]).
Casi 100 años después, Louis Pasteur (1822-1895) haría extensivo el método a otros agentes infecciosos. En 1885, Joseph Meister, otro niño de 9 años fue mordido por un perro infectado con el virus de la rabia. Pasteur inoculo al niño durante 10 días consecutivos con virus de la rabia atenuados evitando la muerte del Joseph. Nacía así la vacunación. Hoy día, las vacunas con agentes atenuados, inactivados, con toxinas modificadas o porciones de virus alterados por ingeniería genética han permitido contralar, más allá de la viruela, otras enfermedades infecciosas como la poliomielitis, el sarampión, la rubeola, el tétanos, la difteria, la hepatitis, la influenza y otras más. Gracias a Jenner y Pasteur el legado de la vacunación ha sido el aporte que más ha contribuido con la salud pública.
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